Tabaquismo

Es una enfermedad crónica causada por la adicción a la nicotina y la exposición permanente a más de 7.000 sustancias, muchas de ellas tóxicas y cancerígenas.
Según la Organización Mundial de la Salud es la primera causa de muerte prevenible, y también la causa más importante de años de vida perdidos y/o vividos con discapacidad.
Se calcula que sólo en Argentina mueren cada año 40.000 personas por esta causa.

Está directamente relacionado con la aparición de muchas enfermedades, fundamentalmente:

Distintos tipos de cáncer: pulmón, laringe, faringe, riñón, hígado, vejiga, entre otros;
Enfermedades cardiovasculares: infartos, ACV, aneurismas;
Enfermedades respiratorias: bronquitis crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), e infecciones respiratorias reiteradas.

Además, en las mujeres el tabaquismo tiene graves consecuencias en el sistema reproductor.

El tabaquismo no sólo afecta la salud de los fumadores, sino también a las personas no fumadoras que están expuestas al humo de tabaco por convivir con fumadores. Se los denomina así porque su organismo también se ve afectado por las toxinas y sustancias nocivas del humo de tabaco.

En especial, esta situación resulta sumamente perjudicial para los niños pequeños en los que puede llegar a causar: muerte súbita del lactante, infecciones a repetición, trastornos del desarrollo y del comportamiento.

Nunca es tarde para abandonar el consumo del tabaco. Cuanto más temprano deje de fumar, menores serán las probabilidades de contraer enfermedades como el cáncer, infartos, etc. Su cuerpo empieza a recuperarse a minutos de haber fumado su último cigarrillo. Al dejar de fumar encontrará beneficios que notará inmediatamente y otros aparecerán con el paso del tiempo:

Las comidas tienen un mejor sabor.
Su sentido del olfato vuelve a ser normal.
Su aliento, cabello y ropa huele mejor.
Sus dientes y uñas dejan de tener un color amarillento.
Las actividades que usualmente realiza le dejan con menos dificultad para respirar (por ejemplo, subir escaleras o el quehacer doméstico).
Puede permanecer en edificios que son lugares libres de humo sin tener que salir para poder fumar.
Dejar de fumar también detiene los efectos dañinos del tabaco en su apariencia, incluyendo arrugas prematuras de su piel, enfermedades de las encías y pérdida de dientes.

Un escaso número de fumadores logra dejar de fumar por sus propios medios, cuando ha tomado la decisión. Si esto no es posible, la consulta con un profesional de la salud mejora ampliamente la probabilidad de dejar de fumar. Éste puede ofrecer terapia cognitivo-conductual con o sin medicación.

Si bien algunas medicaciones se venden sin receta, NO se recomienda el tratamiento aislado sin el apoyo profesional ya que el mismo normalmente no funciona tan bien como cuando existe un apoyo profesional asociado.

El Ministerio de Salud cuenta con una línea gratuita para dejar de fumar: 0800-999-3040 en la cual personal capacitado ayuda a los fumadores en el proceso para dejar de fumar.

Fuente: Ministerio de Salud de la Nación

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